lunes, 17 de diciembre de 2007

El Santo Prepucio (I)

Estimados feligreses, inauguramos este modesto blog con la intención de dar a conocer informaciones y datos que por una parte os ayudarán a santificar una vida de pecado, y por otra ayudarán, o esto mismo esperamos Dios mediante, a esclarecer los profundos vínculos existentes entre ciencia y religión.

Pero no perdamos más tiempo, y empecemos con el sermón de hoy. Se trata de una historia rigurosamente cierta, que no desmerece en nada la busqueda del Santo Grial. Desde aquí proponemos modestamente que se lleve a la gran pantalla, en la que pensamos que podria obtener el mismo éxito que un guión de Dan Brown.

El Santo Prepucio


Como es bien sabido Jesucristo tuvo el acierto de nacer en Palestina, un pais que desde entonces ha sido bendecido con todo tipo dones.

También escogió nacer judio, un pueblo que en justa recompensa ha gozado asimismo de los favores celestiales a lo largo de los últimos dos mil años. Y por tanto fue circuncidado tal y como es una curiosa costumbre entre los seguidores de la Torah. El dia 1 de enero, precisamente, se celebra la fiesta de la Circuncisión del Señor.

Esta práctica tiene que ver con el hecho de que a nuestro Dios celestial no parecen gustarle demasiado los prepucios. Fijémonos en que, llegada la ocasión, no dudó en exigirlos como contraprestación financiera a los hijos varones de su atribulado pueblo.

He aquí pues lo que Yaveh dijo a Abraham en el Libro del Génesis:

Este será mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu simiente después de ti: Será circuncidado en vosotros todo macho. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.

El objeto del pacto, tal y como sabrán nuestros lectores, era la posesión de determinadas propiedades inmobiliarias en Canaan. Podemos decir, pues, que desde el primer momento el problema del Estado de Israel es un problema de cojones.

Pero volvamos al asunto que nos ocupa. Esta ceremonia practicada sobre Nuestro Señor Jesucristo dejó abierto un interrogante que preocupó durante años a los Santos Padres de la SECAR (Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana), y que ha llegado hasta nuestros días:

¿Qué se hizo del prepucio una vez llevada a cabo la tan quirúrgica como santa operación sobre los genitales del Niño Jesús?

Y es que tal y como sabemos se trata de Dios, y como tal es incorruptible. Por lo tanto también deben serlo sus partes corporales, y nunca mejor dicho.

En buena lógica geológica, pues, el prepucio no podia haber desaparecido y habia de estar en algún sitio.

Dos líneas de investigación


Como diria nuestro amigo Acebes, conocido entre otras facetas por su religiosidad, se abrieron dos líneas de investigación.

Según algunos el Santo Prepucio habría ascendido a los cielos cuando lo hizo Jesucristo, y se habría reconstituido en el Santo Pene. Pero esto dejaba abierta una cuestión: Si una parte de Nuestro Señor había ascendido, también deberían haberlo hecho las otras, esto es, los Santos Cabellos que le habian cortado a lo largo de su vida, las Santas Uñas que se habría mordido o los Santos Fluidos Corporales que de él emanaron y que no describiremos por respeto al lector.

Y si era así ¿Se habrían reconstituido también? Porque en tales circunstancias el aspecto de Jesús en el Cielo seria parecido al de un hippie en el festival de Woodstock, con una larga melena y unas uñas que serían la pesadilla de cualquier esteticienne.

Por otra parte debemos pensar que se plantea un problema logístico de gran magnitud. ¿Cómo habría ascendido el Santo Prepucio (y el resto) al Cielo? ¿En qué tipo de Santos Containers, i mediante qué propulsores se habría operado el traslado? ¿Se habría producido just-in-time, esto es, en el momento de la Ascensión de manera que el Santo Pene se habría reconstituido exactamente en el momento de la llegada a la Casa del Padre? ¿Y con qué objeto, por otra parte?

Como vemos se trata de un problema muy complejo.

Por estos graves motivos otros Padres de la Iglesia propusieron una hipótesis diferente, y seductoramente sencilla. Probablemente Dios Nuestro Señor, en su benevolencia – argumentaron- habria dispuesto que toda esta serie de Santos Desechos se quedara en la Tierra.

Y si este era el caso, una reliquia tan principal como el Santo Prepucio probablemente tendría poderes curativos y taumatúrgicos, tal y como los tenían, y de forma bien demostrada, el Santo Grial y otros objetos.

Y todo ello por no hablar de sus aplicaciones militares. ¿Cuál sería, por ejemplo, la potencia destructiva del Santo Prepucio sobre los enemigos de la Fe?

Era urgente encontrarlo para mostrar al mundo la Verdad del Cristianismo.

Y así empezó la gran búsqueda.

Próximo capítulo: Una judía pista: El Prepucio Perfumado.

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